No estamos acostumbrados por estas tierras bajas a hablar de lluvias generosas y continuadas, sí de fuertes chaparrones e incluso de granizadas o pedrisco, y por supuesto de largos periodos de sequía. Pero este año ha sido de escándalo, la precipitación recogida en La Litera casi dobla a la media establecida para el periodo 1981-2010: en Binéfar se recogieron 625 l/m², lo mismo que en San Esteban; en Santa Ana 725 l/m² y ya en menor medida en La Melusa 522 l/m² y en Peralta 560 l/m² . Como vemos en el gráfico siguiente la primavera en Binéfar fue excepcional. En solo tres meses cayeron 273 l/m², prácticamente lo mismo que en todo 2015 y solo superada por la primavera de 1948. El otoño también fue extraordinario, con 183 l/m², a pesar de que septiembre fue uno de los más secos de las últimas décadas. Los 625 l/m² registrados en Binéfar constituyen el segundo mayor registro desde que se tienen datos, el récord lo tiene 1963 con 630 l/m² .

Lo más interesante de todo es que a pesar de esta cantidad, este año no ha destacado por los episodios tormentosos intensos, tan solo uno reseñable, el 12 de mayo, en el que se recogieron 55 l/m², pero con una intensidad moderada de 50 mm/h en 10′, cuando lo normal es que superen los 100 mm/h. Esto se ha traducido en que hemos contabilizado 130 días de precipitación, muy por encima de la media, que se encuentra en torno a los 100 días.

Reseñable también la nevada tardía del 28 de febrero en la que se registraron más de 20 l/m², pero que no se tradujeron en el espesor correspondiente debido a la elevada temperatura del terreno. Al final de la nevada, a mañana, el espesor quedó en unos 10 cm, pero rápidamente desapareció debido a las altas temperaturas vespertinas.

En cuanto a las temperaturas, nos mantenemos en el rango de los últimos años con una media de 15,0°C que sitúa el año como muy cálido. Si observamos el gráfico inferior, podemos comprobar que salvo febrero y marzo el resto de meses se encuentran por encima de la media de los últimos 30 años. Destacan enero y septiembre con una anomalía positiva de más de dos grados sobre la media. Sin embargo, al igual que hemos comentado en la precipitación, no fue un año de extremos, ya que no padecimos severas olas de frío y calor, quedando los valores absolutos entre los -5°C y los 37,3°C; tan solo reseñable la persistencia de máximas de más de 35°C durante la última semana de julio y la primera de agosto, pero sin llegar a la canícula.

A continuación una ampliación con otros interesantes datos climáticos de 2018 de la estación de Binéfar.


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