Hoy día 23 se celebra la creación de la Organización Meteorológica Mundial, organismo dependiente de la ONU que se encarga de estudiar todos los aspectos relacionados con el tiempo y el clima y su influencia sobre la vida en el planeta.

Este año el lema es «El Tiempo, el Clima y el Agua, motores de nuestro futuro».

Hoy más que nunca hay que hablar del agua como pieza fundamental del bienestar y la vida en este planeta. En el mundo desarrollado sufrimos sequías que provocan carencias de agua, muchas veces debidas a la sobreexplotación del entorno… malgastamos mucha agua, pero solo nos preocupan nuestros cultivos y las menos veces si habrá para beber y otras necesidades. Es nuestra gran preocupación en nuestro pequeño mundo, en nuestro pequeño entorno, en esta vida tan efímera en la que relativizamos todo lo que no nos toca de cerca. «No nos damos cuenta de lo importante que es el agua hasta que el pozo se seca» rezaba el refrán que nos contaba anoche Eduardo Lolumo, y qué razón tiene.

En Africa Oriental una sequía implica una tragedia de incalculables dimensiones que, salvo en casos contados, pasa desapercibida para el común de los mortales que habita en los países desarrollados.

El año pasado sufrimos con el conflicto de Libia y la Comunidad Internacional actuó de forma, más o menos, rápida y diligente. Hoy se habla de la tragedia de Siria donde muere mucha gente todos los días, ¿por qué no actúa de oficio la ONU?… da que pensar. Pero lo que pasa en el cuerno de África es innombrable. ¿por qué no se garantiza un mínimo de seguridad para enviar ayuda a esos más de 12 millones de personas en peligro de muerte por desnutrición, por la sequía…? no se puede hacer nada para que llueva, pero sí para proteger y asegurar que la poca ayuda que se envía llegue a todas partes. Ese «ejército» formado por los señores de la guerra, clanes, islamistas y piratas que se aprovechan de esta situación, que viven su momento, a sabiendas de que «nosotros» no haremos nada… da que pensar.

Hoy en las noticias he oído a un niño que decía que recogía el agua de la ducha mientras cogía temperatura, para regar las plantas despúes…y he pensado, la cantidad de agua que he dejado escapar por el desagüe mientras se calentaba el agua de la ducha a lo largo de mi vida… tan simple y tan triste.

Al final se vuelve a la rutina y, sorpresa, entre ayer y hoy han caído casi 20 l/m² en las tierras bajas y más de 100 l/m² en las altas… ya estamos más contentos.

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